viernes, 26 de marzo de 2010

Simplón - 08: Trama Nueva






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Tira extra pa' que la disfruteis estas fiestas.


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Simplón - 07: Discusión






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Ahí va la tira del próximo Sabado con antelación (puesto que me voy de vacaciones).

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Simplón - 06: Cuernos




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Ahí va la tira de este Sabado con antelación (puesto que me voy de vacaciones).

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domingo, 21 de marzo de 2010

Simplón vuelve

¡Buenas noticias! Simplón vuelve después de tanto tiempo. Eso sí, ahora, tras todo este lío de mi cambio de apodo, se publicarán las tiras con un usuario llamado MeZk. Aunque las anteriores no se tocarán (Al menos por ahora).
El día que habrá una tira nueva sí o sí es el sábado. Los demás días también es posible que publique alguna, pero no será lo habitual.
También he de decir que Simplón se expanderá, se publicará aquí, en SubCultura, en Clicómics y talvez en algún que otro sitio, cómo webs de compañeros (Jakusho por ejemplo).
Bueno, en definitiva: Simplón vuelve más fuerte que nunca.

sábado, 20 de marzo de 2010

Yo 1x01

Yo 1x01 - Yo.

Hay aire frío. Trato de abrir los ojos, escuchar, respirar, hablar y moverme.
- Ah...
Mi primer aullido.
He conseguido utilizar los cinco sentidos. Suspiro. Abandono mi forma en horizontal doblando mi pierna izquierda. Apoyo mis brazos en ella y me levanto balanceandome hacía delante. Estoy depie.

Miro mi alrededor, estoy rodeado de ruinas. Hay cuatro chicas a lo lejos. Una de ellas me ve, dice algo y me aseñala.
Me muevo hacía detrás de una pared. Por una minúscula brecha que hay en el muro, miro a las chicas. Están mirando la zona en la que estoy, pero no me ven.
Me agacho y me muevo hacía otra pared, entonces, otra de las chicas me ve. Les diche algo a las demás y viene hacía mi. Me levanto y corro. Esta chica saca un arco y me apunta. "¿Quién usa arcos hoy en día?" me pregunto. Al moverme por las ruinas y ver todo el lugar donde estoy y las casas que hay a mi alrededor me fijo en que, no estoy en hoy en día. Una flecha me da en la espalda. Caigo al suelo. No puedo más, ya hice mucho esfuerzo al levantarme.

Me despierto en una salita extraña. Un hombre me empieza hablar.
- Zagal, ¿Qué hacías en las ruinas?
- ¿Cómo?
- Las ruinas, son un lugar prohibido. No debías de estar ahí. ¿Cómo te llamas?
- ¿Qué?
- Dime tu nombre, he de avisar a tus padres.
- ¿Dónde estoy?
- Élb. Aquí estás, en Élb. ¿Ahora serás tan amable de decirme tu nombre?
- Eh... Me llamo... Mm, no lo sé.
- Ya veo... ¿Y tus padres?
- Thërb y Haff.
- ¿Thërb? Me suena... Bueno, ya localizaré a tus padres. Gracias.
- Una cosa...
- Dime.
- ¿A que año estamos?
- Ai... Talvez te hayas dado un buen golpe, en el 1015, ¿Cuál sino?

El hombre abandona la sala y pasa la mujer que me disparó.
- Chico... Siento haberte dañado el pie. Podrías haberlo esquivado si estubieses en un mejor estado. Bueno, la próxima vez no entres ahí. Por esta vez, pasaré por alto este caso y no informaré a los demás.

La chica sale de la habitación y una flecha se le clava en el corazón. Me muevo. Voy hacía la puerta y veo como no hay nada. Ni chica, ni flecha, ni nada.
Una de las chicas que estaban con la desaparecida salió de una de las salas y me habló:
- ¿Ya estás bien?
- Eh... Sí. ¿Eres...?
- Lena.
- Encanctado.
- ¿Tú?
- No lo sé. No recuerdo absolutamente nada... Pero un hombre me ha dicho que buscará información sobre mí.
- Ah vale, miralo, ahí viene.
El hombre se me acercó por el pasillo diciendome:
- Ya sé quien eres. Tu padre, desapareció... Él era--
Una flecha le atravesó el cuello y continuó hacía nosotros. Me lancé sobre Lena cayendo en el suelo y salvándola del impacto de la flecha.
El hombre cayó al suelo. En la otra punta del pasillo un encapuchado tensaba la cuerda de una ballesta.
Cogí a Lena y la arrastre conmigo hacía la salida. Una vez fuera del alcance del encapuchado nos levantamos y corrimos lejos. Llegamos a un prado muy verde. Y ahí, sobre un árbol, estaba una cabaña hecha con madera muy bien elaborada.

Entramos en ella y decidimos quedarnos ahí:
- Mejor que no nos movamos de aquí - Dijo Lena.
- Sí, mejor que sí.
- Por cierto... ¿Es verdad que no recuerdas nada?
- Sí, lo es. Bueno, no del todo. Recuerdo algo, pero no tiene sentido, seguro que sólo ha sido un sueño.
- ¿Y que crees que has soñado?
- Pues... Recuerdo agua. Miles de burbujas pasando delante de mí y entonces distintas imágenes rápidas, entre ellas, una en la que sale el encapuchado.
- ¿Qué?
- Quien disparó al hombre...
- ¿Al medico? ¿El asesino?
- Eso creo... No conozco nadie más que lleve tales vestimentas.
- ¿Y que más?
- Luego ya recuerdo un teatro.
- Ah... ¿Y nada más?
- Nada más.
- Pues podríamos ir al antiguo teatro para ver si algo de ahí te refresca la memoria...
- ¿Ahora?
- No, tonto... Mañana.
- Como quieras.

sábado, 13 de marzo de 2010

Simplón - 05: Por los suelos








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Tras tanto tiempo vuelve Simplón

lunes, 15 de febrero de 2010

Titanes vuelve

¡Titanes vuelve!

Gracias a unas compis, convencí al que iba ser el dibujante de Titanes para retomar este proyecto. Los demás del grupo, por supuesto, aceptamos continuarlo.

Así que si todo va bien, pronto se pondrán a pensar como será el cómic y todo eso. Yo ya estoy continuando el proyecto.

sábado, 13 de febrero de 2010

Traición 1x00

1x00 - Abel

Abel llegó el primero. Tenía ganas de ir a la excursión del primer día, por eso mismo llegó temprano, para tener tiempo de saludar a los amigos.
Los demás compañeros también llegaron pronto, se notaban las ganas de ir a la excursión. Dijeron que era un camping o algo así.
Abel mirava y mirava pero no veía a Derek. Derek no podía faltar, quería comentarle un suceso del verano.
Justo cuando iban a partir, Derek llegó. Pero ellos ya habían subido al bus y no le pudo decir nada. Entonces, Julius cogió el walkie talkie y dijo algo. El mensaje se escuchó en el bus que iban:
- Son 9.
Entonces, el conductor susurró:
- Barcelona, Sant Andreu, unidad 12 bis de tercero A-A. Son nueve, cambio.
- Aquí central, entendido. Ahora cambiamos los paquetes. Unidades móviles en movimiento, empieze cuándo le de la señal el plan de dormido, cambio.
- Como desee, cambio.
Abel puso una cara rara al haber escuchado eso. Entonces miró a su derecha y vió a Alexander, un alumno nuevo que se sentaba a su lado.
Alexander también había escuchado la conversa. Entonces, se levantó y puso movimiento hacía el conductor.
- Sientese porfavor. - Dijo el conductor mientras pulsaba un botón.
Alex no se detuvo, y continuó. Entonces, un gas salió de la parte trasera de los asientos a los pasajeros. Abel consiguió no respirar el gas, pero muchos de sus compañeros si.
Alexander le quitó al conductor la máscara y le golpeó con el puño.
El conductor le dió una patada y lo aparto. Tras ese movimiento, sacó una pistola y le disparó en el riñón.
Abel se estaba durmiendo, al igual que el conductor. Entonces, alguien gritó:
- ¡No! ¡Alexander!

Recreando proyectos olvidados

Hay una gran multitud de proyectos de Akihiro que fueron abandonados por causas privadas. Muchos de ellos, interesantísimos.
El caso es que como ya informé una vez, retomaré el proyecto del juego Zombies Show. Pero no sólo eso, de hecho, me ha pedido que continúe un proyecto que le encantaba, pero que ya no tiene tiempo para él. Se trata de "Yo" una obra publicada en sus dos libros (Las ruinas literarias y El árbol de los sueños rotos). Yo, por supuesto, no le pude decir que no. No sólo porque siempre era yo quien le pedía algo, sino porque el texto, es interesante, la verdad.
En principio, aparte de contarme como desenvolupar la idea y todo eso me pidió de no cambiar el nombre. Y así será.

Haber si con un poco de suerte publico hoy el primer capítulo.

sábado, 6 de febrero de 2010

Gente - Acto único

ACTO 1

Capítulo 1 - Amanece.
Erik llevaba horas en el ordenador. Eran las 3:47. Era más tarde que de costumbre pero no podía dejar el ordenador puesto que estaba hablando con Will; su mejor amigo, y con Elizabeth; la chica que amaba.
William estaba hablando con Erik, un gran amigo, así que no podía irse a dormir y dejarlo colgado.
Elizabeth no podía irse a dormir puesto que estaba hablando con Tim, Erik y Mía.
Tim para nada iría a dormir con el miedo que tenía. Además, quería contarles algo importante a sus colegas.
Mía no iba a dormirse puesto que hablaba con Elizabeth, quien le contaba algo interesante y Will.
Adrian estaba en la calle, volvía a casa de una fiesta.
Ada dormía desde hace rato.
Héctor estaba acabando un enmaquetado de tecnología.

Eran las siete de la mañana, Adrian había llegado al instituto. Bueno, al instituto no, llegó a la plaza de fuera del instituto, ahí se quedaban los amigos charlando hasta que abriesen la puerta y tuviesen de entrar. Sin ser conciente de que en tres minutos iban a abrir la puerta, se puso a encenderse un cigarro.
Erik llegó y le dijo:
- ¿Otra vez fumando? Creia que lo habías dejado.
- No, paso - Contestó Adrian.
- Ah...
Erik se acomodó en un banco y de su mochila sacó una agenda. Miró que le tocaba a las tres primeras horas.
- Puf... - Dijo inconscientemente.
Adrian se acercó y miró la agenda. Entonces, de su interior sacó un trozo de papel en el que había una especie de poema. Se puso a recitarlo mientras Erik le seguia para que parase. Erik acabó tirando el poema al suelo y quemandose la con la colilla de Adrian. Erik cogió con rabia la hoja y luego se tapó la quemadura con la mano. Dejo la agenda y el poema en su mochila y mientras cerraba la cremayera de tal, se fue y dijo:
- Haber si dejas ya este puto vicio. Sabes que a Ada no le gusta...
Adrian, que le había hechado una última calada tío la colilla al suelo y soltó el humo. Ahora, mientras se iba con rabia susurró:
- Ya no estamos juntos.

William llegaba tarde, corría hacía la puerta cuando de repente, ante sus narices cerraron la muerta.
- Mauro, ¡eh! Dejame entrar - Dijo él.
- Lo siento, la hora es la hora - Contestó Mauro el conserje.
- Venga, enrollate. Y te rulo un porro después - Dijo Will ya pensando que se iba a quedar fuera la primera hora.
- Venga, pasa.
Mauro le abrió no por el porro que no le acabaría dando, sino para que dejase de decir esas cosas. El conserje siempre estaba en un estado raro, como dormido o colocado, por eso contaban esas historias de él. Se había dicho desde que él era un ex boxeador y en una batalla fue dañado hasta que lo intentaron despedir pero como era el hermano o familiar de alguien importante, era un intocable.
Will llegó a clase, pero el profesor hizo un gesto que decía algo así como "Ahí está la puerta, ¿La ves? Pues vete". William dijo:
- ¿Pero porque?
- Pues más que nada... Porque llegas tarde. Por cierto, ya hablaré con tu tutor, a mis clases siempre llegas tarde.
William dejó su mochila en una de las mesas de la primera fila, donde él se sentaba y salió de clase dando un portazo.

Sonó el timbre del patio. Salieron de la clase y se fueron hacía el patio.
Erik se cruzó con Elizabeth y le dijo:
- Hola.
Elizabeth lo vió y dijo mientras le besaba en las dos mejillas:
- Hola.
Beth siguió su camino y Erik el suyo.
Adrian pasó por detrás y le dijo:
- ¿Qué? ¿No bajas?
- ¿Eh? Ah, sí. Bueno, digo... No. Ves tirando - Contestó Erik.
Erik se acercó a William y le dijo:
- Will, ¿Nos quedamos en el segundo piso charlando?
- Mm... Vale Ike.
Le llamaba Ike porque en el nick del messenger de Erik, la "ik" estaba en negrita así que le llamó "Ik". Un día, se dieron cuenta de que existia un personaje de juego llamado Ike, y como Ik era algo raro, le llamó así.
Se quedaron hablando sentados en la calefacción del segundo piso. Fuera hacía frío, así que ese era el sitio ideal para charlar.
- Tío... Vaya asco de vida. - Dijo Erik.
- ¿Porque lo dices? ¿Por ella? - Contestó Will.
- No, porque mi vida es perfecta, tengo dinero, no me falta de nada y ligo un montón - Añadió Erik.
- Ah vale...
- Trataba de ser sarcastico.
Will se rió pero al ver que Erik no lo hacía paró y dijo:
- Pero mira, seguramente solo quiere tiempo.
- Eso me dice ella y mira cuanto tiempo llevamos esperando. Desde que era un renacuajo así.
Will miró a que altura puso la mano Erik y rió.
- Pues no sabía que la conocias desde los seis, porque esa altura no la tenías cuando entraste aquí. Te recuerdo que eras alto. - Dijo Will.
- Y sigo siendolo - Añadió Erik -. Vamos, eso creo.
- Sí, cierto - Se emitió un corto silencio -. ¿Y de que querías hablarme?
- Pues eso, que ya no sé que hacer. Siempre ha de pensar.
- Dale su tiempo, un día, Beth ya se acercará a tí. Solo espera.
- ¿Repito el desde cuando espero?
- No. Lo que quiero decir es que tengas paciencia, que la dejes pensar.
- Tú y Mai no pensaisteis mucho... - En el momento que Will iba a contestar, Erik añadió - Bueno, claro lo vuestro se acercaba desde hace tiempo.
- ¿Qué? No, perdona--
- Sí, eh. ¿Porque pensabas que iba contigo y tan juntos estabais? Dudo que fuese solo amistad eso.
- Pues lo era. Y casi lo jodo.
- ¿Cómo?
- Pues eso, que lo pude joder. Ella se enteró de que le tiraba los trastos a otra porque alguien se lo había chivatado y cortamos. Luego dias después volvimos.
- Ah... Fue eso que me contaste de que lloraste.
- ¡Sht! En voz baja, chico. Que como se entere la gente...
- ¿Que crees? ¿Que jodería tu reputación?
- Claro.
- Pues no. Cuando me lo dijiste, recuerdo que te dije "Joder, estás madurando".
- Sí.
- Pues lo dije en coña, pero me doy cuenta de que es verdad. Que al verla llorar hicieses eso, no es nada malo, nada de que avergonzarse. De hecho, creo que eso es ser realmente un hombre. Alguien duro, pero con sentimientos.
- Ya... Bueno, esque yo soy un cabrón.
- Lo sé.
- Yo juego a dos caras.
- Ya pero, con ella no lo hagas. Tres años que llevas cultivando este amor no deben perderse ahora por una zorra que venga o se vaya. Yo creo que la Mai es tu primer amor y tu verdadero amor. Siempre os veia juntos, también sé que os queríais y ella lo esperaba. Pero... Sabiendo como eres, tú solo piensa que no puedes hechar a perder todo lo que has ido acomulando estos años.
- Ya...
Erik iba a decirle "¿Solo sabes decir "Ya..."?" pero pensó que en parte, sería muy duro después de todo el rollo que le había soltado.
El timbre sonó y ellos subieron al tercer piso, iban a clase. Entre tonterías y anècdotas de amores la media hora se había pasado volando. Esta misma frase pensó Erik, entonces, pensó "Porque se llama hora del patio, si solo dura treinta minutos" emitió una sonrisa y lo dejó estar.

Adrian hechó la última calada al cigarro y lo lanzó por el vàter. Mientras escupia el humo iba limpiandose las lágrimas de su rostro. Salió del váter y fue a limpiarse la cara con agua. Vió entonces a chicos de primero y dijo:
- ¿Que haceís aquí? ¡Largo!
Los niños se asustaron pero no hicieron nada.
- ¡LARGO! He dicho.
Adrian empezó a mojarse la cara, pero aún así, se le escapaba el llanto.

En la salida, Erik vió que Adrian se iba, entonces se acercó a Ada y dijo:
- ¡Ven! ¡Tst! ¡Arcanoid!
Adrian sabía que eso iba por él. La mayoría de gente le llamaba así puesto que él en todas las webs se ponía ese apodo, también firmaba de esa manera.
Adrian vió que Erik estaba junto a Ada y los ignoró. Se fue.
Erik se giró y le dijo mientras le cogía las manos:
- Pues... Lo siento.
Ada no dijo "da igual" pero por el gesto que hizo ya se entendió. Erik sabía que no daba igual, pero decidió no seguir con la conversa.


Capítulo 2 - Amenaza.
Sonó el despertador.
Tim no iba a levantarse, pero al final, decidió ir a clase. Tenía que hablar con Adrian.
Rápidamente se vistió y se fue con la mochila colgada en un hombro.
Salía a la calle cuando se metió un cigarro en la boca. Al quererlo encender, se vió incapaz. Finalmente, cogió el cigarro con los dedos corazón, indice y el gordo y lo partió. Luego lo lanzó contra el suelo mientras guardaba su zippo.
Cogió el móbil y marcó el número de Adrian. Tim solo pudo escuchar:
- "El telefono se encuentra apagado o fuera--"
- Tú putísima madre - Contestó mientras colgaba.
Guardó el móbil y continuó caminando.

Había llegado al instituto. El se acomodó la espalda en la red que había enfrente de tal.
La gente fue llegando, y algunos se pusieron a su lado, como el caso de Ada y Mía.
Adrian estaba llegando, entonces Tim dijo:
- Arcanoid, ven.
Adrian vió quien había ahí y contestó enseñando el dedo corazón.
Tim no lo comprendía hasta que miró tras él. Al ver ahí a Ada dijo:
- Joder...
Avanzó hasta llegar por donde iba Adrian y le dijo:
- Tío, hemos de hablar.
- Sobre ella no hay nada que hablar - Contestó Adrian.
- No es sobre ella. Es sobre nosotros.
- Mm... Bueno, luego me lo cuentas, me toca gimnasia.
- Como quieras.
Adrian fue a la puerta del gimnasio con el resto de su classe, mientras que Tim iba a su clase, le tocaba hacer biología y geología.

La hora pasó con normalidad. Ahora les tocaba gimnasia, aunque Tim no lo recordaba. Al ver que la gente se levantaba con la mochila, comprendió todo. Entonces, cogió su mochila y bajó lo más rápido posible. Por las escaleras, se encontró a Adrian.
- Ven, sigueme. - Dijo Tim.
Ambos fueron a los lavabos.
- Es sobre el fin de semana pasado no, el otro. - Le dijo Tim.
- Ah... - Contestó Adrian.
- ¿Sabes toda la maría que sacamos de ahí?
- Y el chocolate...
- Sí, pues eso... ¿Cómo? ¿Chocolate también? Joder... La cagamos.
- ¿Que pasa?
- Que saben donde vivo. Que me amenazan, que les debo pasta.
- Joder.
- Ya decía yo... Tanta maría no robé.
- Bueno pues... Vente a mi casa. Ahí estaremos bien.
- Paso, desde antes de ayer les hago favores para no tener que pagar nada.
- ¿Favores de que tipo?
- Favores chungos...
- ¿Cómo chungos? Tú llamas chungos desde los "Rebeldes" hasta los amigos de Nelson. Especifica.
- Sin sarcasmo, favores chungos. Ayer tuve que rular cosas.
- ¿Cómo? Te pueden pillar.
- Lo sé. Pero piensalo, este barrio no es tan chungo. La mina es peligrosa, dudo que pierdan el tiempo paseandose por aquí.
- Pero a ver, ¿No te suena "Vive de rodillas y muere depie"?
- Sí, me suena. Y por eso soy su marioneta, porque por suerte, sigo vivo.
Antes de que Adrian pudiese contestar, Tim se fue y dió un portazo.
Adrian golpeó la pared, luego, se encendió un cigarro y se sentó en el váter. Del váter de al lado escucho:
- ¿Tienes otro?
Adrian miró y dijo:
- Claro.
Entonces ledio un cigarro y el mechero a Elizabeth, que estaba con la cara empapada de agua.

Llegó la hora de la salida, Tim se acercó a Adrian cuando vió que venía.
- Si quieres que nos libremos de eso rápido, apoquina el dinero. - Dijo Tim.
- Eh... Como quieras. Pero eso si te encuentran. Tén esto, es para... Ya sabes donde. - Dijo Adrian mientras le daba algo.
Tim miró que era y dijo:
- Entendido, ya voy.
Tim se fue.

Adrian se estaba yendo hacía su casa, vió una botella. La cogió y hechó un sorbo para perder de vista los problemas. Tres vagabundos se levantaron ante él, y mientras pronunciaban palabras inexistentes, Adrian, con la botella en mano, le golpeó a uno. Los demás se apartaron.
Adrian dejó ir el alcohol y huyó.


Capítulo 3 - Late corazón aunque nadie te comprenda...
Erik no había dormido. Había empalmado noche y día. Pasó toda la noche frente al ordenador hasta entonces, las 7:28 de la mañana.
Erik, cansado de esperar que William se conectase, lo llamó:
- Ei, ¿Will?
- Dime Ike.
- Conectate y hablamos.
- No puedo tío, ahora acabaré de currar. Hasta y 40, recuer--
- Ah, sí. Ya sé.
- Ah...
- Bueno, adiós.
- ¿Era importante? Si quieres, charlamos luego entre classe y classe o sino, en el segundo piso, ya sabes.
- Mm... No, no es nada. Pero bueno, quedemos. Al segundo piso se ha dicho.
- Como quieras, adiós.
Erik colgó. Apagó el ordenador y se fue a la ducha. Rápidamente se duchó y labó los dientes, luego se vistió y salió con un cigarro en mano. No solía fumar, pero aquél día le apetecía.
El gusto que le dejaba al final, no le gustaba, así que lo dejó. Apagó la colilla pasandola por las paredes de la escalera recién pintada.
Llegó a la calle y fue hacía el instituto. La mañana, tanto para él como para los demás de su classe, fue muy monotona. Llegó la hora del patio y Erik bajó a la calefacción del segundo piso. William llegó medio dormido. Una vez ahí dijo:
- Dime el problema...
- El de siempre tío.
- Joder, acabaré por grabar esta conversa y ponerla a reproducir cada día que te suceda lo mismo.
- Acabaré cambiando las preguntas.
- Ts... Ya te lo dije, necesita su tiempecillo.
- ¿Cuánto?
- Pues algo... Quien sabe.
- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Por supuesto.
- ¿No estás cansado de decirme lo mismo cada día? - Antes de que pudiese contestar, añadió - ¿Y no estás cansado de ayudarme cada vez que estoy por los suelos, cada vez que me ocurre algo?
- No. Porque eso es habitual entre amigos. Pero veo que no soy bienvenido aquí.
William le cogió la mano con rabia, le apretó en la quemadura y se fue.
Erik no podía creer lo rápida que había sido esa conversa. Y lo rápido que podía haber perdido un amigo.
Elizabeth subió y al ver a Erik dijo:
- Mm... Erik, tu no...
- Hola - Contestó él.
- Ah, hola - Dijo mientras le daba dos besos.
- Dime, ¿Qué quieres?
- ¿No habrás visto a Tim, verdad?
- Mm... No, ¿Por qué?
- Bueno, gracias. Adios.
Elizabeth se paró, y volvió a darle dos besos. Luego continuó.
Ella iba rara, eso le hizo sospechar algo a Erik.
De las escaleras bajaba Ada, Erik fue a ayudarla.
- No necesito ayuda, gracias - Dijo ella.
- Sí la necesitas, hasta que el gilipollas de Adrian vuelva - Añadió.
- Pero... Esque no quiero que vuelva.
Se sentaron ambos en la calefacción y empezaron a hablar.
- ¿Que tal con Beth? - Dijo ella.
- Cómo siempre: Fenomenal - Dijo de manera sarcastica Erik.
- Ah... Vamos, que pura mierda.
- ¡Tst! Palabrotas no, que hay menores.
Ambos rieron y continuaron:
- Ella no me hace caso, me ignora - Dijo él.
- Bueno, sé como es y que le pasa, tú actua con normalidad - Le contestó Ada.
Cuando la conversa se daba por finalizada, Erik dijo:
- No sé si le irá bien tanta calor.
- Sí le irá bien - Dijo Ada mientras se acariciaba la barriga.

Erik miró su barriga y sonrió.

Erik iba a irse a dormir cuando William le dijo por el messenger "ie le el mesnaje qe tenviiau".
Abrió el Hotmail y miró. Era una especie de invitación, casi todos habían quedado para cerebrar las fiestas del barrio. Eran el día siguiente. A Erik le sorprendió que le invitasen, nunca contaban con él puesto que él siempre iba con Adrian y otros. Entonces a la habitación entró Harry, su hermano, y le dijo:
- Eh, que ya son casi las tres. Vete a la cama.
- Vale... - Contestó Erik mientras iba cerrando conversas del messenger.
Y cuándo Harry iba a irse a dormir Erik le dijo:
- Ah, una cosa.
- Dime - Contestó.
Erik apagó el ordenador y añadió:
- Mañana dile a mamá que no estaré. Me iré con los amigos a hacer un trabajo a la noche, en un concierto. Cosas de música.


Capítulo 4 - Problemas.
Aquél viernes nadie estaba atento en las clases. Casi todo el mundo iba a ir a la fiesta, una fiesta en el forum. Además, por supuesto, no sólo iban a ir ellos a el concierto de máxima, sino que irian colegas de cada uno, gente no conocida...

Beth, al igual que los demás, no pensaba en ello. Pero tampoco pensaba en la fiesta puesto que no iba a ir. Pensaba en otra cosa que la tenía inquieta.

Mientras tanto llegaba tarde Adrian con un ojo morado al instituto. Por suerte no se le notaba mucho y con unas simples gafas podía disimularlo. Ignoró al conserge, quién le iba a decir que se sentase ahí porque llegó tarde y no debía interrumpir la clase.
El conserge le dijo:
- ¡Eh! Sientate ah--
- ¡Cállate!
Contestó Adrian mientras subia las escaleras. Adrian, cabreado, llegó al tercer piso, el pasillo de su clase entre otras cosas. Lo enfiló pasando con cara de cabreo por todo él. Finalmente pasó por el lado de la clase B y se frenó en un punto en el que la pared le tapaba si algún profesor le miraba pero los alumnos que él miraba, podían verle. Entonces miró a Tim.

La mirada de Tim daba vueltas por la classe. Había otras cosas que le interesaban más que Química. Miró a la ventana del pasillo y vió a Adrian. Se sorprendió al ver que se quitaba las gafas que pidió si podía ir al baño para poder hablar con él. Lastimosamente, no le dejaron.

Mientras que él preguntaba, Ada, que estaba a su lado se giró miró a Adrian. También se sorprendió, y al escuchar a Tim empezó a sospechar que ocurría algo entre ellos dos. Cuando Adrian vio que Ada le miró, se volvió a poner las gafas y se fue. A Ada le dolió ver ese gesto, pero lo ignoró por completo, ella sólo quería saber que había ocurrido.

William estaba escuchando Violet Hill cuando empezó a llorar. Arrugó las hojas de papel e intentó que nadie le viese en esa situación. Will cogió el estuche con una mano y empezó a apretarlo. Al cabo de unos segundos, dejó ir el estuche y este cayó al suelo. Apartó la cabeza de la mesa y hechó el aire estresado.

Erik había visto todo eso y empezó a pensar que le había pasado algo a William.
La classe acabó, pero Erik no quiso preguntarle nada. Puesto que son cosas suyas. Le empezó a vibrar el móvil, entonces, fue al fondo de la classe y contestó la llamada:
- ¿Sí?
- ¿Erik? Soy yo.
- Ah, vale. - Contestó al escuchar la voz de su madre.
- ¿Qué es eso de ir a las tantas a un concierto?
- Ah, mira: En música nos han dicho de ir a algún concierto de estos que hacen estos días, y todo el mundo va a ese, y pa' no ir yo sólo a uno que no me guste, pues voy a ese.
- Ah, ya veo, pero ¿Volveis juntos y eso?
- Claro.

En la clase sólo estaban Will y Erik. Erik terminó la llamada y susurró un "¡bien!". Y mientras guardaba el móvil se dió cuenta de que William estaba ahí, cerca de la puerta mirandole. Le miró y Will esperó un par de segundos, luego, mientras una lágrima paseaba por su rostro Will decidió irse. No habían hablado pero fueron los segundos récord en los que Will había sido invadido por más ideas.

Las clases acabaron, y todos habían ido a comer y también habían terminado. Eran las seis de la tarde pasadas y poco a poco todos iban llegando al parque Felipe II, conocido entre ellos como la aleta. El nombre venía a una extraña construcción que había en medio de la plaza, y esta, tenía forma de aleta. William, Tim, Alexander y Erik habían quedado ahí. Pero Tim no aparecía. Finalmente, los demás del grupo decidieron llamarlo, pero no contestaba. Así que fueron al concierto sin él.

Apenas había empezado el concierto pero ya había bastante gente. Se habían encontrado a un fragmento del grupo de clase.
Cuando el concierto empezó, ellos se movieron hasta la otra punta cruzando todo el camino de gente. En la otra punta de las gradas estaban los demás, por eso iban ahí.

Will caminaba como cualquier otro hasta que un hombre chocó contra él. Eso le hizo mover la vista hacía al hombre mientras pronunciaba un "Perdón". En ese momento, cuando el hombre pasó de largo, vió entre la gente a Tim.
- ¿Tim? - Dijo.
Tim parecía nervioso, miraba constantemente a su alrededor.
- ¡Tim! - Gritó Will.
Un hombre salió de detrás de Tim y cogiéndolo por el cuello, lo arrastro hasta un sitio que había entre varios arbustos y desde ahí donde estaban no se podía ver.


Capítulo 5 - Oscurece.
William quiso ir a ayudar a Tim, pero el grupo ya se había ido. No sabía que hacer, si ir con su grupo y no decirselo, si decirselo, o ir él sólo antes de que pudiese ocurrir cualquier desgracia. Entonces, volvió a pasar el hombre de antes. Y Will notó algo extraño en su bolsillo. Se movió y su cartera cayó al suelo. Sorprendido, la cogió y dijo:
- ¡¿Qué coño haces?!
El hombre sólo se limitó a ignorarle. Por suerte, habían reunido el dinero en la cartera de Alexander, quien no era el más chungo, pero si el más valiente.

Ignoró al hombre y miró a su derecha. No había rastro de sus compañeros. Y la zona donde podían estar era bien grande. Así que sin darlo todo por perdido, decidió ir a por Tim, que sabía seguro donde estaba.

Dos hombres tenían a Tim en el suelo. Nada más acercarse, uno vió a Will y sacó una pequeña navaja.
- ¡No te muevas! - Dijo aquél chico.
Will no sabía hasta que punto llegaba la amistad, pero eso si, se atrevia a todo a pesar de tener miedo.

Empezaba a llover, pero William no se sorprendió ni se secó la cara. Puesto que aquél día el habitat del agua era su cara.

William no pensó en nada, sin embargo, actuó. Con una simple patada, que más tarde lo recordó como un golpe espectacular y épico, le dió en la mano que llevaba la navaja. Acto seguido le dió un golpe de puño en la cara con el brazo izquierdo.
Rápidamente lo empujó hacía un lado y fue a por el siguiente. Al poner el pie en el suelo notó un dolor y se cayó.
Entonces el otro chico que sostenía a Tim, lo dejó caer y le dió una patada en la cara a Will.
Will se levantó como si estuviese haciendo flexiones, en ese momento, se repitió el golpe. Esta última patado lo hizo empotrar contra más arbustos.

Los chicos cogieron a Tim y se fueron. William hizo el movimiento de la croqueta hasta tocar la hierba, ya que se encontraba incrustado en el arbusto. Entonces se levantó. Y estuvo a punto de caer puesto que le dolía el pie, entonces, lo miró y se fijó en que tenía la navaja clavada ahí. Se la quitó. No se había clavado entera, pero si un trozo considerable. Poniendo el pie izquierdo de puntilla, se movió hasta donde antes estaba y decidió continuar el camino.

Mientras caminaba, el agua de la lluvia corría la sangre de su cara dejando un rastro de tonos rojizos difuminados por toda su cara.

Erik iba caminando en busca de William hasta que se cruzaron. Erik le vió la cara y sorprendido le preguntó:
- Will... ¿Qué pasa?
William lo abrazó y se dispuso a contarle lo de Tim y que Mai y él habían cortado.

El concierto todavía no había terminado, pero ahora tenían que reunirse todos para disfrutar lo que quedaba de él. Eran las doce y poco más y Will y Erik estaban cruzando toda la multitud para llegar a los demás.
En ese momento, Will vió que a su izquierda estaba Adrian. Erik iba a saludarle cuando Will aceleró y dijo:
- Ike, mejor que nos vayamos.
- ¿Porqué? - Contestó Erik.
- Mira tu derecha.
Erik miró su derecha y vió a Ada.

Separados por diez metros, Ada y Adrian no dejaban de mirarse mutuamente. Ni Ada se atrevía a decir nada ni Adrian. Adrian tragó saliva haciendo una mala cara.
Tras ese gesto, Ada bajó la mirada y empezó a acariciar su barriga. La cara de Adrian había empeorado. Por el mismo camino que habían pasado William y Erik pasó mucha gente, y cuando ya habían cruzado ante Ada, Adrian había desaparecido.

La fiesta ya se acababa, había pasado una hora. Pronto iban a irse. Entonces, mientras Will meaba tras una sala extraña que era para mear. Erik consiguió hablar con Elizabeth.
Beth le contaba algo mientras ponía las manos en su bolsillo. Lo que creía Will que iba a ocurrir no era para nada lo que verdaderamente sucedería.
Erik se aparto un momento y puso mala cara. Se había apartado lo suficiente para que los fríos dedos de Beth que estaban en los bolsillos de su sudadera cayesen y quedasen colgando.

Finalmente, Will, Alexander, Adrian y Erik se fueron de la misma manera que llegaron, con el coche del padre de Alexander.


Capítulo 6 - ...Has besado muchas bocas pero nadie habla tu lengua.
Beth no pudo dormir.
Habían miles de colillas en el cenicero, que al escuchar dos golpes en la puerta desaparecieron rápidamente.
La madre de Beth asomó la cabeza y le dijo:
- ¿Qué? Otra vez ese chico, eh... Dejalo. Hay muchos más. Y ves a tu habitación a--
- Vale, vale - Interrumpió Beth - Ahora voy.
En la habitación que estaba, una sala para el ordenador y libros, había una ventana. A la que su madre se fue, cogió el cenicero y lo asomó por la ventana. Inmediatamente lo volcó haciendo que caiese la ceniza y las colillas.
Volvió a sentarse alertada por un ruido que emitía el messenger cuando alguien se conecta. En efecto, era Erik. Pero al rato le apareció como No Conectado. A Elizabeth le dolió.
Aquella mañana, Elizabeth fue a su cuarto y cogió la ropa, luego, una media hora después, cerró su ordenador y fue a ducharse. En la ducha seguía pensando en Erik, como si toda su vida se basara en él.

Erik se había levantado. Tenía dolor en los nudillos del cabreo de la noche anterior. Erik, antes de hacer su típica llamada por la mañana a William, fue a la ducha. Dejando atrás la pared manchada de sangre y con fuertes golpes.

Elizabeth no quería desconectarse, no quería dejarlos colgados, pero tubo que hacerlo. Y en ese mismo momento. Le costó hacer un simple clic, un miserable clic, un insignificante clic. Pero lo hizo.

Nadie estaba despierto tras la fiesta de la noche anterior, con la excepción de William, Erik y Elizabeth.

Erik, recién duchado, fue al comedor. Y lentamente cogió el telefono. Una llamada nueva aparecía en el telefono de casa de Will. Will lo cogió y pulsó el botón verde.
Tansolo escuchó un suspiro que entre ellos, lo significaba todo. Erik no solía estar triste con excepción de ese momento.

Casi todo el mundo se había reunido en el parque. Estaban hablando de la fiesta del día anterior. Y dentro de ese tema, hablaban de Tim y Adrian. Ada ni dejaba de hacer vagar por su cara lágrimas. No podía retenerlo, pero tampoco quería que se le notase. Entonces, Mai, con la cara empapada también la abrazó.

Erik corría como podía, más que William, cosa nunca vista. William trataba de tenerlo lo más cerca posible pero a la vez no quería estar pisandole los talones. No porque las lágrimas que derramaba Erik mientras corría le podían salpicar, sino porque no sabría que decir. William no paraba de pronunciar la palabra "Ike, ¡Ike!", pero eso no le frenaba, ni mucho menos.

Erik llegó. Llegó ahí donde quería estar. Pero era tarde. Algo tarde.
Hacía sol. Un sol difuminado en un cielo naranja.
Erik veía a lo lejos el tren. Estaba parado, quieto, petrificado. No podía moverse.
William llegó a la parada de tren agotado. Apenas suspiró una sola vez que vió a Erik y se le acercó. Puso su mano en el hombro de Erik. Y dijo mientras veía su reflejo en las lágrimas de la cara pálida de su compañero:
- Erik...